Nuestra civilización, diseñada para siempre crecer, para ir siempre más y más rápido, para consumir cada vez más energía, no dispone de mecanismos de frenada.
+Imaginemos que nuestra civilización industrial es un ordenador que, a lo largo de los años, ha ido aumentando en su capacidad de procesamiento, velocidad, sofisticación y capacidades. En paralelo se ha ido
+