
Los niños y niñas famélicos de Palestina los vemos morir en directo, vemos sus rostros, oímos sus últimas palabras. Las generaciones futuras están demasiado lejos, son invisibles. Ojos que no ven… Pero necesitamos mirar a los ojos de nuestros propios hijos o sobrinas y ver en ellos la mirada de esos otros niños cuyos derechos y cuya mera existencia, presente o futura, son anulados por genocidas exterministas. Y esos genocidas no son sólo Netanyahu y sus cómplices, no: los tenemos mucho más cerca, les votamos en cada elección, los escuchamos cada día en los medios, los seguimos en las redes sociales. Están obligados a protegernos, pero lejos de hacerlo nos están matando por acción u omisión. Están asesinando a la posteridad.
…El genocidio anticipa el omnicidio. Gaza es una ventana a nuestro futuro.