Suelen alegar los defensores del Green New Deal, en contra de la alternativa decrecentista, que nuestra opulenta sociedad del Norte no aceptaría decrecer. Esto es muy discutible y ni siquiera lo apoyan en estudios o datos sociológicos, los cuales, de hecho, apuntan cada vez con más claridad a lo contrario. Pero, en cualquier caso, parecen olvidar algo que debería estar meridianamente claro: que son las sociedades del Sur las que no van a aceptar que sigamos creciendo a costa de ellas, y que ni siquiera cada una de las demás sociedades enriquecidas y metabólicamente obesas del Norte consentirá de buen grado que sociedades competidoras sigan pujando por los mismos escasos recursos para mantener un crecimiento excluyente que, en última instancia, nadie podrá mantener indefinidamente. Por tanto, como ya he defendido anteriormente, si apostamos por la paz entre países sólo cabe apostar por el Decrecimiento y reemplazar la competitividad por la cooperación internacional.
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