Me gustaría vivir en un país en el que alguna o algún representante de la ciudadanía le plantease, en sede parlamentaria, esta sencilla pregunta al Presidente del gobierno:
Sr. Presidente:
Doy por sentado que tanto usted como el resto de miembros de su gobierno, empezando por la vicepresidenta primera y ministra de economía, compartirán conmigo la siguiente apreciación, como personas cabales, lógicas y racionales que son:
No se puede crecer de manera indefinida en un mundo que es finito.
Dicho de otra manera: que las economías no pueden crecer eternamente cuando la base material y energética de la que dependen, que las alimenta, es limitada.
Bien, pues partiendo de esa constatación de pura lógica, compartirán también conmigo la opinión de que, en consecuencia, en algún momento, el crecimiento de las economías debe finalizar. Y no sólo eso, sino que resulta vital no equivocarse en el momento en que estas deban detener su crecimiento, lo cual podemos comprender con tan solo fijarnos en las consecuencias que un fallo equivalente supone para los seres vivos: gigantismo, graves problemas metabólicos, cáncer e incluso la muerte.
Por tanto, una vez establecido que estamos de acuerdo en algo tan obvio, y habida cuenta de que su gobierno está en la actualidad embarcado en toda una política económica dirigida a recuperar a toda costa el crecimiento de nuestra economía, mi pregunta es la siguiente:
¿Cuáles son exactamente los indicadores que su gobierno está monitorizando para detectar cuándo llegamos al punto en el que sea necesario detener el crecimiento?
Muchas gracias.