De todos es sabido que existe un batallón de incansables divulgadores científicos que combaten, en nombre de la racionalidad, el sano escepticismo y la verdadera ciencia, todo tipo de supercherías: las llamadas pseudociencias.
Pero me pregunto yo a qué esperan estos bravos defensores de la Razón para combatir la peor de estas pseudociencias, que es la economía actualmente hegemónica en las facultades de Ciencias (ejem) Económicas y los ministerios de Economía, así como la pseudoterapia que más muertes causa cada año: las recetas de política capitalista en busca del irracional crecimiento perpetuo en un planeta finito.