Después nos lleva al fascismo y otras formas de autoritarismo, cuando incluso los recursos disponibles para nuestro país rico, no alcanzan para mantener la farsa democrática y ni llegan para satisfacer a todas las capas sociales dentro del país, ni a todos los territorios que lo componen, donde se pueden producir o agravar procesos de colonialismo interno.
De ahí se pasa a la guerra (contra otros países ricos en fase de colapso) cuando los recursos ya no alcanzan para las clases dominantes de todos los países ricos.
Y finalmente, esto conduce al suicidio colectivo y al desastre absoluto.
(Por supuesto, a lo largo de todas estas fases también la destrucción biosférica se va acelerando, en paralelo a diversas escalas de genocidio humano.)
¿ Se puede romper esa dinámica? ¿ O debemos rogar para que las diversas crisis que atenazan al sistema se aceleren y envíen a este a la papelera de la historia?
Pues yo espero (y procuro contribuir con mi granito de arena a ello) que se pueda romper, lo cual implica (yno como una disyuntiva), que el sistema acabe en la papelera de la historia… o mejor aun convertido en humus, en ruinas fértiles compostables de las que nazcan nuevas civilizaciones, como decimos en la revista 15/15\15. Aunque romperla totalmente y en todas partes me parece demasiado difícil y mucho me temo que tendremos que sufrir parte de estas fases en muchos lugares de este planeta que nos acoge.