Algunos defensores del Green New Deal afirman que es compatible con el Decrecimiento, que puede existir un GND decrecentista o que al menos sería un paso previo para llegar después a un Decrecimiento que constituiría el objetivo final.
Sin embargo, si nos fijamos en que el sentido ético del Decrecimiento es dejar de crecer aquí para que en otros lugares que lo necesitan aún puedan crecer hasta llegar a un nivel de vida digno, resulta legítimo trasladarlo del plano geográfico al temporal: debemos dejar de crecer las generaciones actuales para permitir que las que vengan después puedan crecer en la medida que lo necesiten y durante el tiempo que sea sostenible. Quien dice crecer dice hacer uso de más recursos energéticos y materiales, específicamente los no renovables, pues son estos los que una vez consumidos por nosotros, no tendrán nuestras hijas y nietos.
En ese sentido no deberia resultar difícil percibir que el GND implica un aumento en el consumo, aunque se pretenda temporal, que puede resultar muy elevado en cuanto a determinados materiales imprescindibles para las tecnologías modernas de captación de renovables. Visto así, el GND es justo lo contrario a lo que defiende el Decrecimiento: es injusto con las próximas generaciones, pues consume energías y minerales que podrían haber usado ellas, y satura aún más los sumideros planetarios, que deberían estar disponibles en una sana medida para nuestra posteridad. Por tanto, el Green New Deal resulta éticamente incompatible con el Decrecimiento.
¿Posibilidades de que el sistema financiero se gripe a mitad de GND? ¿Posibilidad de que ya de antemano sea imposible reunir todos los materiales necesarios para este delirio megalomaníaco? Es evidente y palmario para cualquiera que rasque un poco que todas estas tecnologías son o bien insuficientes o bien pura ficción como el caso del hidrógeno. A mí lo que me acongoja es que el desvío de todo tipo de recursos en pos de este espejismo verde nos haga descarrilar y bajemos rodando el siguiente tramo de las escaleras.