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Cuando comprendemos que nosotros no vamos a cambiar el mundo

Imagen promocional de ‘Lady in the Water’ (2006)
Cuando uno comprende que nada de lo que haga, diga o escriba cambiará el mundo (de la manera que necesitamos desesperadamente cambiarlo), pero que perfectamente podría inspirar, influir, nutrir a personas que sí que tengan la oportunidad de cambiarlo, se quita un gran peso de encima. Y así es mucho más fácil dedicarse a la humilde tarea del campesino sembrando incansable buscando la hibridación, la fertilización cruzada, en la esperanza de que las semillas resultantes encuentren la tierra fértil donde germinen las plantas que producirán a su vez las semillas que lo cambien todo.

(Le debo esta reflexión a M. Night Shyamalan en su película Lady in the Water, en un mash-up con la parábola del sembrador del cap. 13 del Evangelio de Mateo.)

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