La ultraderecha está acaparando la radicalidad política, mientras que la izquierda, acomplejada, incapaz de creer en sí misma, se autolimita a luchar por un espacio político, el centro, que en tiempos de colapso, tiende a desaparecer. La polarización, en estas circunstancias, favorece a la única opción que se atreve a cuestionar el sistema. Y mientras mensajes de la derecha radical como «fuera inmigrantes» cosechan el malestar popular en forma de crecientes votos, mensajes análogos de la izquierda como podrían ser «expropiemos a los ricos» o «la tierra para quien la trabaja», han desaparecido por completo de los programas políticos incluso de los tradicionales partidos comunistas. La izquierda le ha cedido, por omisión, el terreno de juego de la radicalidad a la derecha. Y no ha podido ser en peor momento.
Lo último de Breves
La UE no tiene derecho a decidir la conversión de España en zona de sacrificio, pero
¿Se supone que tenemos que creer que nuestros gobiernos saben lo que hacen, que toman decisiones
El caos climático no se va a resolver impulsando las energías renovables...
Nacer e morrer non marcan o comezo e a fin da existencia.
Dicen que el Socialismo es ineficiente. Pero siempre será mejor viajar en un coche ineficiente que...