Solemos plantear quienes advertimos del colapso civilizatorio, que tras la industrial, vendrán nuevas civilizaciones (en plural, como siempre ha sido) más locales y de base agraria. Pero ¿hasta qué punto podemos confiar en que será posible la agricultura como soporte metabólico de las civilizaciones post-industriales? ¿Es viable la agricultura sin una mínima estabilidad climática? Es decir, si fue posible desarrollar las civilizaciones agrarias en la Revolución del Neolítico, fue precisamente gracias a que existía una estabilidad climática, que hemos venido disfrutando con altos y bajos hasta la actualidad. Y precisamente debido a la Revolución Industrial, hemos echado esa estabilidad climática a perder y lo que tenemos por delante, por mucho que intentemos ahora mitigarlo o frenar las emisiones, es un Caos (que no simplemente Cambio, como si fuésemos a un estado diferente pero también establece) Climático.
Por tanto, parece cuando menos dudoso que pueda ser viable la agricultura, tal como la hemos conocido en los últimos milenios, a partir del colapso industrial-capitalista. Quizás en ciertas áreas del planeta que puedan aún disfrutar de cierta estabilidad climática, sea factible. Pero en general, un clima extremo y con una gran variabilidad, parece incompatible con una mínima estabilidad en los cultivos. Así pues, la seguridad alimentaria aparece muy seriamente amenazada por el Caos Climático para buena parte de la Humanidad.
¿Significa eso necesariamente nuestra extinción o una gran mortandad? No necesariamente. Ya he apuntado a que algunas áreas probablemente logren mantener cierta estabilidad climática que les permita, con las adaptaciones necesarias de cultivos, métodos y variedades, así como de dieta, una base agrícola para sus nuevos modos de vida. Y quizás otras, poco pobladas, puedan revertir a sistemas recolectores-cazadores, mucho más adaptados a la variabilidad climática (uno caza o recolecta aquello que hay, aquello que logran salir adelante esté el clima como esté). Y quizás una tercera vía, la decisiva para la mayor parte de la Humanidad, consista en crear sistemas agrarios totalmente diferentes, basados no en cultivos anuales, sino perennes, mucho más resilientes, y con una gran variedad de especies y variedades, para aumentar la resiliencia mediante una gama más amplia de adaptación climática. Es decir, aquello que propugna la Permacultura, con un especial énfasis en aquellas especies perennes mejor adaptadas a rangos de temperaturas, suelos, humedad, etc. más amplios. Y con un complemento, quizás, de recolección y caza, como refuerzo de seguridad.
Todo un reto para el futuro civilizatorio y alimentario de nuestra especie.