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La religión científica

Podemos pensar en el concepto de una religión científica desde dos sentidos opuestos: por un lado la cultura moderna del mundo industrializado tiene una fe verdaderamente religiosa en la ciencia, o más bien deberíamos decir en la técnica, a la cual atribuye poderes que la propia ciencia real niega (sin ir más lejos el poder de sustituir una fuente energética con más tecnología). Y de ahí, de ese camino que comenzó como luz (Ilustración = Las Luces) en tiempos oscuridad (oscurantismo = superstición religiosa) vamos poco a poco llegando al borde de una abismo, cegados de tanto mirar para esa luz.

Sin embargo, existe otro sentido posible para la idea de una religión científica. Cada vez doy más en pensar que quizás lo que necesitamos para sobrevivir sea un nuevo tipo de religión de base científica, y no quiero decir de base fantacientífica como la Cienciología (¡Dios 😉 me libre!). Me refiero a una religión no basada en revelaciones ni en mesías, ni en la vida eterna u otras ideas metafísicas y trascendentes, sino una religión de la vida, una religión que explique, anclada en la Física, la Biología, la Ecología… nuestro papel como elementos de la biosfera. Sin cielos ni infiernos ni dioses.

Pienso con más asiduidad en ello después de haber leído la magnífica ¿novela? El Oráculo de Gaia. Si necesitamos un marco cultural-moral que guíe nuestro comportamiento como individuos, como comunidades y como especie (lo cual parece claro visto a dónde hemos llegado con el marco actual); y si por más energía y ciencia que hemos venido gozando (derrochando) durante estos pocos siglos desde la Ilustración —y su compañera inseparable la Revolución Industrial—, no hemos sido capaces de crear ese marco moral sino más bien de crear una antirreligión, el culto satánico hegemónico de la fe en el progreso continuo, de la arrogante separación del hombre con respecto al resto de la biosfera, del poder mágico de la tecnología y/o del Dios Mercado, de la hybris desbocada, etc… ¿No será que necesitamos buscar otra vía radicalmente distinta, y además con urgencia?

Si en el futuro no vamos a disponer de una energía neta suficiente para sostener un sistema complejo como el actual, una civilización con cientos de miles de científicos y educadores, con recursos para investigación avanzada, con tecnologías sofisticadas para escrutar y explicar el mundo… ¿No será necesario crear, como sustituto mucho más práctico y modesto, un conjunto de relatos y de normas que expliquen el mundo y cómo debe el ser humano vivir en él para no destruirlo (para no destruirse)? Algo así como la religión gaiana de que se habla en el libro que he mencionado y que no puedo dejar de recomendar (¡yo también!) a toda persona que se haga estas mismas preguntas… Porque de otro modo, dado que la ciencia moderna no podrá sobrevivir sin esa extraordinaria energía extra —y si lo hace en algunos lugares privilegiados no tendrá la capacidad de llegar con su mensaje y su relato racional a todos los rincones donde la humanidad intente construir nuevas sociedad por entre las ruinas de esta—, sólo podría quedar en su lugar la superstición más oscura, que evolucionaría de manera libre y buscando el sentido de la existencia a ciegas durante quizás miles de años. Porque el ser humano necesita explicarse el mundo, y si no lo hace el chamán de la tribu o el cura desde el púlpito ni la TV después de cenar… alguien más lo hará. ¿Por qué no crear ahora que podemos —y seríamos bastante capaces— un relato coherente, basado en la explicación racional y científica del mundo y de la Vida, pero con la forma sencilla de los relatos culturales (mitos) que la humanidad ha ido elaborando como canales de máxima eficiencia para la trasmisión de valores, normas, tabúes y otros memes morales?

Es una pregunta que no dejaré de hacerme mientras miro al pasado de la historia de las religiones y su papel en las civilizaciones que fueron más sostenibles que la nuestra, al presente de los mitos omnicidas con los que comulga la inmensa mayoría, y al futuro de nuestros hijos; una reflexión en la que me siento cada vez más acompañado. Ojalá encontremos alguna respuesta antes de que perdamos la oportunidad y los recursos que ahora tenemos.

Manuel Casal Lodeiro, Barakaldo (1970). Escritor, divulgador, activista, aprendiz de labrador y de padre.

25 Comments

  1. Teniendo ya una idea de entorno a qué girará nuestro nuevo Mythos, hay que construir un conjunto de valores, prácticas y ética.

    Yo lo cogería de la Permacultura, los 3 grandes principios que son armonía con Gaia, repartición, redistribución y frugalidad en cuanto a los bienes y amor al prójimo, tanto en lo político (asamblearismo) como en lo metafísico (una sociedad convivencialista, basada en la ayuda mútua). http://permacultureprinciples.com/images/ethical_principles_image2.gif

    Aunque me parecería incompleta una religión sin su explicación del más allá, prácticamente todas lo tienen, y la Religión Gaiana no tendría porque ser menos, pues hoy en día se hacen serios estudios entorno a las ECM’s, principal y prácticamente única prueba cuya veracidad nos diría si hay algo más allá. De momento se ha demostrado que no las causa la anoxia en el estudio AWARE de la Universidad de Southampton, y hay médicos como Raymon Moody y Pim Van Lommel que recogen en sus respectivos libros, experiencias de este tipo y sus características.

  2. Gracias por tu comentario, Didi. Sí, quizás la Permacultura pueda ser una base para esto, aunque disiento en que necesitemos una explicación del más allá de tipo paranormal. Creo que sería suficiente el concepto de reintegrarnos en Gaia, como se menciona en diversos momentos de El Oráculo de Gaia. Un interesantísimo debate, sin duda 🙂

  3. O ateismo ten que ser o referente para a explicación do mais alá , non hai mais alá o que hai esta todo eiquí.

  4. Eu preferiría un posicionamento agnóstico máis ca ateo. É dicir, non precisamos explicacións ultraterrenas para unha relixión consecuente cos límites e co Bo Vivir. Tampouco vexo meirande problema en considerarmos p.ex. o Sol ou a propia Terra como divinidades se iso serve para entender como dependemos de un de maneira absoluta e somos parte da outra.

  5. No necesitas una parte «mística» para crear un movimiento, una filosofía o una Cosmovisión Gaiana. Pero si la propuesta es religiosa, la cosa cambia. Hasta el budismo, que puede tomarse como filosofía o como religión, tiene su parte mística, y de hecho es algo característico de lo humano. Es una forma de sobrellevar la adversidad y la impotencia, aunque pueda ser en la mayoría de casos (¿de qué sirve encenderle una velita a la Virgen, por ejemplo?) totalmente inútil en la práctica, pero muy útil para la estabilidad de nuestra mente. Igualmente, no tiene porque ser todo lo aparentemente místico mentira. Yo tengo serias dudas en cuanto a que la conciencia se aloje en el cerebro y muera con él. En mi opinión, sería posible que el cerebro fuese como un televisor, que capta y acata (mover el cuerpo o hablar, por ejemplo) señales que envía nuestra conciencia desde no se sabe donde.

    Sea como sea, no deberíamos encallarnos en temas como estos para crear algo que yo considero vital, una nueva Cosmovisión, encarnada en una filosofía, en un mito de civilización o en una religión. Proponed las bases y lleguemos a acuerdos de mínimos. Parece que estamos de acuerdo en utilizar los valores y ética básica de la Permacultura más arriba comentados, así que algo ya tenemos.

  6. En la antropología M. Harris explica por ejemplo las «bondades» que la sacralidad de la vaca tiene en la India. En este sentido, los mitos pueden ser un apoyo a la racionalidad. Las culturas mantienen los mitos probablemente por ensayo o error o por intuición. Surge el problema cuando lo que en su día tenía sentido ya no sirve (el caso de la triquinosis y los cerdos ya carece de sentido en los países musulmanes, pero se mantiene el tabú). La ventaja de la racionalidad científica es que es humilde por naturaleza (sabemos que nuestra idea del mundo va evolucionando, los dioses no pueden evolucionar) y puede ser más rápida que el ensayo y el error.
    Pero no carece de riesgos. Uno de ellos es el poder que puede adquirir el «sacerdote», capaz de pervertir completamente el mensaje inicial (véase lo que hicieron con el mensaje de Jesucristo los Borgia).
    Así que la nueva religión debe tener como mito el anti-dogmatismo (ese sería su único dogma) y huir como de la peste de la concentración de poder.
    En el Oráculo de Gaia además se defiende una humildad radical en el ser humano, quien proyectaría su telos hacia Gaia. Gaia -la biosfera- se toma como un organismo evolutivo y el ser humano sería solo una célula más o un órgano más dentro de ese organismo; los mitos culturales científicos y religiosos actuales tienden a convertirnos en un cáncer del organismo mayor. Ese cambio de mitos es esencial también. ¡Pero para ello es necesario superar desde la ciencia el neodarwinismo! La teoría Gaia orgánica iría en esa dirección, pues una religión neodarwinista sería un horror (el capitalismo neoliberal es en mi opinión precisamente una tal religión).
    Y esa religión científica no tiene porqué perder cierta capacidad de asombro (magia), de espiritualidad y de sacralidad.
    Yo defendería una perma-cultura, claro, pero cambiaría también el telos: no se trata solo de que la cultura humana permanezca, sino el ecosistema en el que esa cultura forma solo una parte (no trabajaríamos para la comunidad humana sino para la comunidad de seres vivos, como objetivo, no como medio para sobrevivir). Por supuesto no es incompatible, es un paso más allá que no esconde ciertos peligros.

  7. Para conservar ese antidogmatismo deberíamos pues, enunciar unas «Leyes» (subdivididas pero a la vez interrelacionadas en temas de física, ecología, ética, política, etc…) al estilo de las de Moises, pero mucho más complejas y recalcar que nuestro conocimiento del mundo es limitado, no somos diosas ni dioses. Y ese argumento, el de decir que no somos dioses, es muy eficaz en este contexto para evitar el dogmatismo. También podríamos decir que estamos en proceso de entender a nuestra Diosa Gaia pues ella es enorme, y se comunica con nosotros de una forma muy sutil, sin hablar y sin conciencia (a menos que nosotros sepamos, pero un glóbulo rojo nunca llegaría a pensar que es parte de un tipejo que está tecleando en un ordenador, con pensamientos, conciencia y demás, solo vería paredes arteriales a su alrededor).

    Obviamente, la interrelación entre esas Leyes arriba mencionadas debería ser manifiesta, para dar coherencia al mensaje. Un ejemplo algo forzado: Las leyes de la Termodinámica nos dicen que la energía siempre se degrada, luego no es infinita, así que perder lo poco que tenemos en batallas y competiciones inútiles en las que habrá solo un vencedor que también habrá tenido pérdidas es inútil. Esas Leyes, pues, podríamos decir que crearon en buena medida a Gaia, pues moldearon el devenir de su evolución, convirtiéndola en un ser cooperativo en casi todos los niveles. Luego si lo que dura es la cooperación, y la cooperación desinteresada sobre todo (¿acaso el árbol le pide a la lombriz de tierra que solo haga con sus hojas caídas compost para él, o lo reparte con los nuevos brotes de otros árboles? es un ejemplo teleológico, pero es bonito y poético, así que sirve 😉 ), tenemos que si queremos que una sociedad no implosione, debe basarse en la cooperación desinteresada. ¿Y qué es la cooperación desinteresada humana si no es Amor? Luego se extrae que las Leyes, aplicadas a los humanos, acabarían por hacer colapsar a lo no cooperativo, y sobre todo, a lo que no se basa en el Amor y la ayuda mutua. Otra cosa es que nosotros, al tener libre albedrío, podamos empeñarnos (perdiendo fuerzas y recursos en el proceso) en ir contra esas leyes creando sociedades aberrantes.

    Con esto, he interrelacionado la física, con la ecología, con la antropología, la política y la ética, dando coherencia al mensaje. Claro que la argumentación contiene mucho Mythos, pero ¿acaso no es lo que buscamos? 🙂

  8. En cuanto al telos, me parece estupendo. Sería una bonita forma conquistar la antigua sociedad industrial, o la cultura no sostenible que surja después de esta, a base de un mito que nos lleve a reforestar con bosques comestibles todo lo que podamos y a rechazar al cereal, causante de la deforestación. En la Alta Edad Media, por ejemplo, se cultivaba poco trigo, la gente solía comer más bien bellotas, esto lo explica muy bien Félix Rodrigo Mora, un pensador libertario luddita, carlista (pero de los buenos, de los del comunal y el concejo abierto 😉 ) y ruralista http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2012/04/la-alimentacion-humana-con-bellota-un.html . Mantener una guerra contra el Sáhara, o el desierto de Tabernas plantando encinas, sabinas, almendros, algarrobos y demás puede servirnos a nosotros como sociedad y a Gaia para evitar la desertización característica de sus días de madurez y principio de vejez. Quizás, incluso, podamos ser su remedio, una forma de alargar su vida, de ir parcheando lo que ella sola y ano pueda hacer, o incluso si nos lanzamos a otra aventura idnustrial, los encargados de lanzar sus «esporas» por todo el espacio, completando su ciclo vita, suponiendo que la vida se originase por panspermia http://es.wikipedia.org/wiki/Panspermia.

  9. Otro tema a tener en cuenta, es evitar la institucinalización. No podemos caer en el mismo error que el cristianismo. La Religión Gaiana debe ser antidogmática, antijerárquica y anti-institucional. El mayor sacerdote es uno mismo, reconocido por su comunidad según su «sabiduría» y sin cargos. Eres sacerdote (podríamos llamarlo ¿Druida?) cuando crees que lo eres y cuando demuestras a los demás que lo eres po tu conocimeinto de las Leyes, y tu crítica a los dogmas pasados fundada en la razón, además de muchas otras cualidades de tinte más humano como la comprensión.

  10. Veo Didi que ya habías pensado sobre el tema. Una de las claves del Oráculo de Gaia está precisamente relacionada con la Panspermia.
    Solo un matiz: Gaia está en la adolescencia, no en la madurez. La idea de que ya es un poco anciana deriva de Lovelock, que lleva desdiciéndose décadas de su propia hipótesis inicial y que hace tiempo ya no es referente (menudos desbarres en sus últimas intervenciones). Creo que Lovelock ve a Gaia anciana porque él lo es.
    Yo la veo como adolescente por dos razones:
    aún no se ha reproducido (la probablidad de haberlo hecho es muy pequeña)
    su esperanza de vida aún es larga, más de lo que ha vivido; hay estudios que hablan que la luminosidad del sol será tan grande que esterilizará la Tierra en 500 o 1000 millones de años. Eso supone que Gaia no es capaz de adaptarse (por ejemplo haciéndose más blanca) y se contradice un poco con la idea de que lleva unos relativamente pocos millones de años en ciclos de glaciación (peso a que la luminosidad del sol es más alta ahora que hace cientos de millones de años, su historia ha sido de tendencia al enfriamiento). Además, su capacidad creo que aumenta con la complejidad de sus células y ecosistemas y esta complejidad tiende a aumentar de forma exponencial. Si pensamos que entre los primeros pluricelulares (esponjas y medusas) y los mamíferos hay «solo» 500 millones de años de separación evolutiva, a mí sencillamente no me cabe en la cabeza qué seres vivos habrá dentro de 500 millones de años.
    Es por ello que una de nuestras tareas es dejar de comportarnos como un cáncer simplificador de la biosfera.

  11. Sí, a mí también me ha sorprendido gratamente encontrar que hay gente que lleva pensando en la cuestión tiempo y por eso he invitado a Didi a participar en nuestro común proyecto 15/15\15 escribiendo sobre el tema. Por supuesto también cuento con que tú, Carlos, nos expliques allí un poco más tus ideas al respecto, que considero sumamente interesantes y al menos para mí, novedosas. Pero de todo eso ya iremos hablando/publicando 🙂

    Me quedo de momento con eso de «una de nuestras tareas es dejar de comportarnos como un cáncer simplificador de la biosfera«, que quizás enlaza con lo que decía yo en los Detritívoros (nota 73):

    Tainter advierte (1988) de que los sistemas complejos no se autosimplifican sino que simplemente colapsan y son sustituidos por otros más simples; Campbell afirma (2002) que nuestro reto es ni más ni menos que ser la primera especie capaz de revertir su evolución reduciendo su grado de complejidad. Quizás el aspecto más crítico de este proceso de resimplificación (o descomplejización) sería la urgente sustitución a escala planetaria del sistema de producción industrial de alimentos (ganadería y agricultura industriales a gran escala) por una vuelta a la agricultura ecológica a pequeña escala, probablemente combinada con un paso parcial a una dieta arbórea, como apuntaba en la nota 63. Tan urgente como que habría que realizarla en menos de quince años contando desde ahora mismo (Casal, 2013d). Esa improbable autosimplificación significaría que dejaríamos de disipar energía, de aumentar el grado de entropía del planeta, para favorecer de nuevo una acumulación neta de energía, dejando de quemar los combustibles fósiles que aún están a nuestro alcance al tiempo que promovemos el secuestro biológico de CO2 hasta niveles seguros para la biosfera. ¿Seremos capaces de hacerlo? David Price (1995) cree que en cualquier punto del universo donde surja la vida, el proceso evolutivo tiende justo hacia lo contrario, y la vida acabaría por autodestruirse: “La evolución de una especie como el Homo sapiens podría ser parte integral del proceso de la vida, en cualquier lugar del universo en que pueda este darse. A medida que la vida se desarrolla, los autótrofos se expanden y crean el lugar para los heterótrofos. Si se secuestra energía orgánica en reservas sustanciales, como las que los procesos geológicos favorecen, entonces está asegurada la aparición [en algún momento de la evolución de los heterótrofos] de una especie que pueda liberarla. Semejante especie, que evolucionaría al servicio de la entropía, pronto acabaría por devolver el planeta a un nivel más bajo de energía.” El paleontólogo Peter Ward en un trabajo más reciente bajo el título «The Medea Hypothesis: Is Life on Earth Ultimately Self-Destructive?» (2009) parece confirmar una hipótesis igualmente trágica.

  12. Pues mejor si Gaia es una alegre adolescente en la flor de la vida, más tiempo le quedará a la vida para llegar a nuevas cotas y sorprendernos. Solo un apunte: nosotros somos la especie más compleja en muchos sentidos que jamás ha pisado este planeta, así que es probable que nuestra aparición sea uno más de los síntomas de la aceleración de complejidad.

    De hecho, nuestra aparición y la posterior la salida del «Edén» entendido como el final del paleolítico y el principio del Neolítico y la sucesión de civilizaciones y colapsos pueden ser sus primeras señales de que empieza a intentar reproducirse, y esta civilización industrial podemos considerarla como un aborto en el que ha perdido mucha sangre, porque seguimos conservando estructuras que está visto que no funcionan en nada bueno excepto para la dominación y acumulación, como el Estado, o la Propiedad Privada concentrada. Pero nadie dice que, en un futuro ecotécnico como el que apunta John Michael Greer, no podamos volver a lanzar objetos al espacio. Y después dentro del cohete ecotécnico algunas cápsulas que contengan organismos extremófilos, fontosintéticos y quimiosintéticos (a saber si al planeta al que llegan hay Sopa Primigenia o no). Yo apoyaría de forma seria que alguien enviase esporas gaianas al espacio, no debe ser demasiado difícil llevar los poquísimos quilos que pesarían esas cápsulas

  13. No he leído el libro de Greer. La verdad es que perdí un poco la fe en él —aunque me sigue gustando cómo escribe y encuentro muy útiles casi todas sus reflexiones— en su «The long descent» al ver que no entendía lo que era la TRE. Y sin entender la TRE, su pronóstico de descenso civilizatorio largo me parece que carece de fundamentos sólidos.

    De todos modos, una vez consumidos los depósitos más accesibles sin tecnología compleja y costosa (energéticamente) de carbón, gas natural y petróleo no imagino cómo ninguna civilización futura podrá alcanzar no sólo el grado de complejidad necesario para desarrollar de nuevo la astronáutica, sino simplemente cómo podría disponer de energía capaz de vencer la atracción gravitatoria del planeta. Ninguna de las energías de flujo solar lo permitiría, en mi modesta opinión. Me temo que este aborto de Gaia será su única y última bala.

  14. No tiene porque. El aire comprimido es un vector sencillo de conseguir, de materiales baratos, y muy versátil, eso sí, para baja potencia. Para maoyres potencias, aceite comprimido. Podríamos usar el viento como compresor, por ejemplo, y cargar motores así. No sería demasiado complejo. Eso sí, a la civilización de hoy en día no volveremos, pero ten en cuenta que la Alemania Nazi, en una sociedad aún eminentemente rural y en los años 30 de el siglo pasado, tenía capacidad de lanzar misiles al espacio. Y a los años 30 podemos volver con planificación, voluntad y respeto a Gaia, porque esta vez no podremos desarrollarnos frenéticamente consumiendo reservas, sino que tendremos que hacerlo con los excedentes de Gaia.

  15. Soy muy escéptico con que podamos volver o mantener esa capacidad, Didi. La alemania de los 30 tenía carbón a raudales, una tecnología muy avanzada para ser una sociedad que pudiésemos definir como agraria, y comenzaba a usar el petróleo. Es decir, estaba en la curva ascendente. Nosotros estaremos en la descendente por tiempo indefinido. Tenemos que valorar las capacidades de una civilización teniendo en cuenta no sólo la disponibilidad puntual, sino el diferencial, es decir, si está en caída o en auge, pues todo cambia en uno y otro caso. En definitiva, que no veo un futuro steam-punk precisamente 😉

  16. Yo creo que dentro de lo razonable, una sociedad puede decidir si se convierte en industrial o no. Roma lo pudo haber sido, la primera máquina de vapor se inventó en Alejandría en la época Clásica, así que estaba a su alcance. De hecho tenían serrerías, carpinterías y talleres de tallado de piedra que funcionaban con la fuerza hidráulica, pero al tener una masa de esclavos impresionante, nunca tuvieron el incentivo para pasar a una sociedad industrial.

    La sociedad del final de la Alta Edad Media también caminaba hacia un futuro steampunk, un montón de molinos gigantescos se instalaron en Castilla, y en Catalunya existían las fargas, fundiciones muy eficientes que equivalían cada una a 1/10 de un alto horno de hoy en día. Y Holanda en el S XVIII también, con los molinos que drenaban el agua de los pólders.

    Todo depende qué es lo que buscas y apoyas con la energía y riqueza extra que consigues con una industrialización. La Alta Edad Media era concejil y comunal, así que la mecanización buscaba el bien de la comunidad, de hecho los molinos y otras máquinas eran comunes, y al no haber ambición de riquezas ni conquista por parte del pueblo llano, mayormente soberano en aquella época, no se llegó a más (tampoo tenían conciencia «panspermiana»). Roma buscaba expandir su Imperio, y Holanda buscaba drenar el agua de mar para poder alimentar a su creciente población. Revoluciones mecánicas (no industriales) han habido muchas y bajo muchas Cosmovisiones, lo que les faltaba era el «carrier», poder acumular y transportar esa energía, que yo creo que muy bien podría ser el aire/aceite comprimido.

  17. ¡Qué interesante discusión!
    Mi teoría Gaia orgánica incorpora la hipótesis de la panspermia; es decir, otra Gaia se reprodujo aquí. Quizás nuestro sistema solar al formarse provenía de «residuos» que contenían bacterias y virus, quizás en cometas (la NASA acaba de encontrar moléculas en el cometa muy complejas, «orgánicas»).
    Los astrobiólogos poco a poco se van uniendo a esta hipótesis. A los biólogos les falta un trecho mayor.
    ¿Qué pruebas apuntan a esta hipótesis?
    1º la superficie de la Tierra no fue apta para la vida (temperaturas muy superiores a los 100ºC) pasados unos cientos de millones de años desde su formación (hace 4600 millones de años). Se han encontrado estromatolitos llenos de comunidades complejas de bacterias y virus de más de 3800 millones de años (sería una tremenda fortuna haber encontrado los más antiguos). Esto significa que el margen temporal entre la aparición de la vida y esas comunidades complejas es muy estrecho (yo diría que ninguno).
    2º la complejidad de una bacteria es enorme (un mínimo de doscientos genes y varios cientos de proteínas y muchos orgánulos que coordinen esto). El salto entre una molécula compleja y una bacteria es tan alto o mayor que entre una bacteria y una eucariota. La vida tardo para hacer este último salto 1000 millones de años.
    Para mí es blanco y en botella…
    Una vez que te instalas en la hipótesis de la panspermia, surgen cuestiones interesantes:
    1.- la vida es más habitual entonces de lo que pensamos en este universo (así que el «aborto humano» de nuestra Gaia es menos dramático).
    2.- Una vez que ya no te restringes a la creación de la vida en la Tierra, las posibilidades de buscar explicaciones de cómo surgió aumentan y reenfocarían un debate entre los biólogos que ya dura más de un siglo (sin solución por estar buscando en el sitio equivocado).
    Y si te intalas en la idea de que Gaia es el organismo, el ensayo humano no tiene porqué ser el último, quizás la misma Gaia consiga esa tecnología que le permita reproducirse con éxito (al margen de «células» como nosotros). O quizás aún apueste por nosotros. El hecho de que no tengamos en el futuro petróleo o uranio lo que significa de positivo es que los avances tecnológicos se harán más lentos, y eso será una bendición, no una maldición. Una bendición porque la sociedad tendrá tiempo para adaptarse a los cambios que supone una nueva tecnología. No volveremos a conquistar el espacio en pocos siglos, pero sí quizás en muchos milenios, pero a escala temporal gaiana eso será en un pis-pas.
    Lo que se deriva de ahí es precisamente el meollo de la novela El Oráculo de Gaia y la novela que estoy escribiendo ahora.

  18. No sabía que trabajabas en una nueva novela, Carlos. La verdad es que tengo ganas de leer tus trabajos previos relacionados con Gaia. Iremos contando todas estas reflexiones en http://www.15-15-15.org a buen seguro. Gracias por este enriquecedor debate, compañeros 🙂

  19. «Ante el silencio de los sordos,
    le dijo el Tejo al Haya,
    he visto en todos los tiempos,
    caer imperios donde los haya,
    pero hasta ahora ninguno osó
    intentar acabar con Gaia.
    Fuimos junto con los libres,
    los que al Estado combatió,
    pero la Modernidad olvidó,
    que uno solo somos tu y yo.
    Nadie pudo imaginar,
    que juntos como neuronas pudiéramos pensar,
    porque los grandes árboles tenemos un tiempo
    que un humano jamás verá.
    Nuestro químico reflexionar décadas lleva,
    el suyo eléctrico centésimas,
    pero más vale maña que fuerza,
    y control que potencia.
    Y el Gran Sabio y Viejo Tejo,
    viajero del tiempo,
    fue talado por una motosierra,
    causando al bosque gran tristeza.»
    Poemas de Gaia. Agonía del último gran Tejo németon ibérico. (Uno de mis poemas gaianos, que ya son una pequeña colección.)

  20. Si, bueno, ayer releí el oráculo de Gaia e hice este, curiosamente el que mejor me ha quedado de toda al colección, y como la cultura es algo que se comparte o nos la proporcionan cocinadita las élites, pensé en colgarla aquí.

  21. Así que lo releíste, eh? Yo también creo que es un libro al que merece la pena volver varias veces. Pero ¿te lo leíste en un solo día? o_O ¡Impresionante!

  22. Por cierto, que leyendo ayer yo «El origen de Gaia», de Carlos de Castro, me chocó un comentario que califica a la religión como una forma de conocimiento. Creo que nunca la había concebido así, pero encaja con lo que pretendía apuntar en este post pues la aproxima conceptual (¿epistemológicamente?) a la ciencia.

  23. Es que lo es, pero claro, es conocimiento del tipo al que no estamos acostumbrados. Metafísico y moral. Eso sí, la moral debe atenerse a ciertos razonamientos mínimamente lógicos, no hay que caer en el fundamentalismo.

    Por cierto, lo que sería interesante es reflexionar sobre si Gaia tiene conciencia, y piensa. Yo creo que sí, si tienes una red capaz de transmitir, emitir y recibir información y lugares donde darle un mínimo procesado como nuestras neuronas o como transistores, todos ellos muy simples pero que en red llegan a una complejidad tremenda. Y se conoce que los árboles se comunican, por aromas y hormonas en el aire y por las raíces. ¿Quién sabe si la información que corre por el bosque no son en realidad pensamientos, avisos de que tú, ese pajarito, la salamandra y lo que sea, están allí haciendo esto?

    Obviamente son pensamientos lentos, son reacciones químicas y no eléctricas, lo que a nosotros nos cuesta instantes al bosque puede costarle horas, pero para un ser de 3000 millones de años de antigüedad, no creo que sea un gran problema.

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