En respuesta al prólogo del último libro de Florent Marcellesi, pensador y activista del Decrecimiento, construí un símil de lo que sucede con Estados como el nuestro hoy en día del que también me gustaría dejar constancia en este blog:
«La solución es igual de clara: austeridad impuesta a expensas de grandes sacrificios (vía aumentos de impuestos y devaluación salarial) y recortes en los servicios y prestaciones del estado del bienestar. Sin embargo, este remedio no ha dado, hasta el momento, ningún fruto.»
Sí, sí que les ha dado fruto: ha trasferido riqueza a un determinado conjunto de empresas y personas. Que no dé el fruto que ellos ponen como supuesta justificación de sus políticas pretendidamente «austeras» no quiere decir que no estén teniendo éxito en su última y oculta intención, que no es otra que el saqueo de un Estado y una civilización en ruinas. Nuestro emperador colabora con los bárbaros para saquear el imperio decadente del Bienestar Industrial.