Es común la frustración de quienes tratamos de advertir a la sociedad del colapso hacia el que nos dirigimos. Pero debemos seguir insistiendo puesto que, como al niño o la niña a quienes sus padres advierten repetidamente de los peligros desde antes de que sea capaz de entenderlos como tales, la acumulación de experiencias de la mente que inicialmente no alcanza a comprender permitirá que, llegado el momento, se conecten experiencias y mensaje y surja una comprensión progresivamente más completa. Por tanto, debemos insistir con nuestros intentos comunicativos sin esperar una comprensión inmediata: los efectos visibles del colapso permitirán que más tarde o más temprano la infantil mente colectiva comprenda al final nuestro mensaje. Esperemos que sea pronto.
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