Pienso que el colapso de nuestra civilización industrial va a ser (está siendo) mucho más asimétrico que el de pasadas civilizaciones, gracias a que el dinero, nuestro sistema monetario y financiero, se mueve mucho más rápido y más lejos que en cualquiera de ellas. Esto permite que se drene a velocidad impensable en otros tiempos, la riqueza, los recursos, la capacidad de compra y de resistencia de los Estados, de las empresas, de las economías familiares, y que vaya de unos/as a otros/as, produciendo diferencias mucho mayores en el proceso de colapso, retrasándolo en unos casos mientras se acelera en otros.
Necesitamos por tanto un nuevo tipo de dinero, no controlado por quienes están favoreciendo esa asimetría, ese drenaje. Un dinero que circule más despacio y en ámbitos locales, que se recicle dentro de las comunidades. Una moneda social y democráticamente controlada.