[Editado el 15/02/2012 para traducir partes que había escrito en gallego, disculpad el despiste. También añadí una pequeña aclaración a una cifra.]
Reflexionaba en 2010 acerca de la viabilidad energética a medio plazo de Internet. Hablaba entonces de que el consumo de electricidad de esta red de redes estaba en torno al 3%. Probablemente haya aumentado desde entonces, pero voy a partir de esa cifra conservadora. Según la Wikipedia las energías renovables (las únicas de las que dispondremos en el futuro, debido al agotamiento de las energías fósiles y del combustible nuclear) representan en torno al 19% de toda la electricidad mundial. Es decir, si consideramos que el consumo de Internet se mantiene (aunque todo parece apuntar a que seguirá creciendo, al menos durante algún tiempo) y que la producción de electricidad a partir de fuentes renovables no crece (aunque pueda hacerlo en alguna medida, tiene importantes límites y por ello consideraremos las cifras actuales), deberíamos pensar en que mantener Internet a largo plazo implicaría destinar prácticamente 1/6 (15,79%) de toda la electricidad generable (por vías renovables) a nivel mundial. Esto nos dejaría con sólo el 16% (5/6 del 19%) de la electricidad que ahora disfrutamos, para el resto de usos. Parece poco realista, ¿verdad? ¿Mantendríamos Internet a costa de otras aplicaciones de la electricidad?
Por otra parte no podemos olvidar que Internet existe en millones de ordenadores. Estos ordenadores tienen un mantenimiento, reparaciones y finalmente una sustitución necesaria, que debido a la maldita obsolescencia programada, se sitúa en torno a los 5 años (para los PC; como no dispongo do datos para otro tipo de ordenadores, para routers y demás elementos, partiré de esa cifra). Esto quiere decir que si tomamos una cifra de 185 millones de servidores (no es fácil encontrar estadísticas al respecto, pero partiré de los datos de NetCraft), en 5 años se habrán tenido que sustituir todos ellos. Si tenemos en cuenta que fabricar un ordenador (no incluimos el gastos de trasportarlo hasta su destino final) consume 10 veces su peso en combustibles fósiles, lo que supone más energía incluso que la que consumirá a lo largo de esa vida útil. Tomaré la cifra aproximada de 6 millones de julios (MJ) de energía primaria. Por tanto en 5 años la necesaria sustitución de todo el parque de servidores de Internet implicaría un consumo de 6 x 185 = 1.110 millones de millones de julios o sea, 1.110 terajulios (TJ). Repartidos a lo largo de los 5 años (porque lógicamente no todos los ordenadores serán sustituidos al mismo tiempo) implica unos 222 TJ al año que habría que añadir al consumo total de energía por parte de Internet. Parte de esa energía sería en forma de electricidad (necesaria en las fábricas de componentes) pero también una buena parte energía fósil.
Estas cifras pueden revelar hasta qué punto Internet puede ser una carga demasiado costosa a largo plazo para nuestra civilización. Aunque su naturaleza distribuida y su diseño estructural pensado para resistir la súbida desaparición de parte de sus nodos (en principio por un ataque nuclear), podría dejarnos la esperanza de que fuese posible un colapso progresivo de sus dimensiones y capacidades, con servidores que poco a poco fuesen desapareciendo porque no pueden ser sustituidos, con nodos que sufren cortes de electricidad, etc.
Claro, todo esto sin tener en cuenta otras amenazas para la supervivencia de la Red de redes, como la megatormenta solar o las procedentes de gobiernos que tratan de cortar o limitar el acceso o la funcionalidad de Internet.
[…] (Publicado previamente en el blog Textos de Casdeiro.) […]