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El artículo que Diagonal se negó a publicar sobre la Democracia Directa

La historia de este artículo se remonta a febrero de 2009, cuando propuse a Martín Cuneo la realización de un artículo para la sección de La Plaza del bimensual Diagonal. Martín me derivó a Fernán Chalmeta, coordinador de dicha sección. Por aquel entonces se debatía en dicha sección sobre el surgimiento de Izquierda Anticapitalista y mi intención era explicar la filosofía que daba origen al proyecto D3 y las posibilidades que en mi opinión abriría una propuesta de este tipo para llevar la acción y demandas de los movimientos sociales a los órganos del sistema representativo.

Chalmeta me respondió al de un tiempo agradeciéndome el interés en contribuir al debate en marcha en las páginas de Diagonal e invitándome a enviarle un texto de 6.800 caracteres, para así poder «hacerse una idea».

En noviembre de 2009 el debate continuaba en Diagonal y me decidí a escribir algo y enviárselo. Pasaba el tiempo y no recibía respuesta del responsable de la sección. Intentaba por medio de Cuneo pero no sabía darme explicaciones del silencio acerca de la publicación o no de mi aportación.

En diciembre conseguí por medio de Cuneo que Chalmeta contestase, quien se excusó diciendo que su lector de correo le colocaba los mensajes de manera rara si le enviaba varios con el mismo asunto (?!?!) y que por ello mi mensaje le había pasado desapercibido. Me dijo que en un día me contestaría sobre el texto, pero pasó un mes hasta que recibí respuesta. Y esta fue negativa: había decidido no publicarlo. En aquel texto yo hacía una presentación en paralelo de las propuestas de D3 y del Partido de Internet. Pese a ello Chalmeta alegaba que «El texto está demasiado centrado en difundir un partido». No era cierto, ya que en todo caso difundiría 2 partidos, de los cuales hablaba y explicaba los puntos a favor de uno y de otro. Además, ese criterio citado por Chalmeta no se había aplicado en otros artículos de opinión que habían difundido (clara y directamente) en Diagonal otras iniciativas como Izquierda Anticapitalista. También alegaba que sólo representaban a «una minoría de los internautas», como si el criterio de visibilizar sólo las mayorías tuviese sentido en un medio como Diagonal.

También me criticaba Chalmeta que el texto no resolvía alguna de las cuestiones que yo mismo reconocía como obstáculos en el texto, que la «propuesta programática» de D3 y el PdI tenía «límites». Negué que mi artículo fuera ninguna propuesta programática sino tan sólo la presentación de una posible estrategia representada por esas dos organizaciones. Me extrañó que no se pudiesen presentar o defender estrategias que pudiesen tener algún punto débil o insuficiemente resuelto. ¿Se trataba de contribuir al debate con ideas o de aportar la propuesta revolucionaria perfecta?

Pese a esto, acepté readaptar el texto para encajarlo mejor en el marco que él proponía, y para enlazarlo con el momento del debate en aquel entonces, que había derivado hacia el proceso de refundación de Izquierda Unida. Se lo propuse y le consulté acerca de la extensión y de los plazos… a lo cual nunca me contestó. Al final acabé traduciéndolo a gallego y publicándolo, con alguna modificación, en Altermundo.

El tema quedó ahí aparcado en febrero de 2010, mi contribución al debate bloqueda, la situación política continuó evolucionando y el debate en Diagonal dio paso a otros.

En marzo de 2011 envié un nuevo texto, el que más abajo podéis leer, con un nuevo y actualizado enfoque. Un mes después recibí contestación de Chalmeta, en la que de nuevo se negaba a difundirlo («no tengo interés en publicarla»), con excusas aún más incomprensibles para mí que la vez anterior. En su opinión,

tu concepción de la democracia directa no tiene mucho que ver con la que los movimientos de base difienden: el problema no es votar ni delegar las decisiones y la gestión del común en unos supuestos representantes. Si fuera así, tu propuesta es realmente revolucionaria. Pero creo que no se lucha por eso, sino por retomar la gestión, la dirección de nuestras vidas en nuestras propias manos: y eso pasa por no votar. Por ello, no veo relevante difundir propuestas que inciten, prescisamente, a votar, a delegar. Es lo opuesto a participar, a formar individuos conscientes de sus responsabilidades y que asuman las consecuencias de sus actos/decisiones.

Le contesté lo siguiente:

Esa es *tu* opinión, que podría rebatir, pero no es el lugar el email, sino «La Plaza». Solicito el derecho a expresar la mía en el medio para que cada lector(a) opine, e incluso para que tú mismo respondas con otro artículo. Mi artículo pretende incorporar la estrategia directodemócrata al debate actual de la izquierda, enriqueciéndolo. La democracia directa y el asamblearismo son valores defendidos desde siempre por el movimiento libertario y creo que vuestro medio debería darle la posibilidad de presentarse en los términos modernos y tecnológicos que D3 defiende, con la perspectiva de qué aportaría al momento actual de la izquierda.

Solicito que lo sometáis a decisión colectiva en el medio, ya que creo que es lo coherente con los valores de Diagonal como medio, tal y como los he entendido yo siempre, al menos. Si una sola persona tiene la capacidad de decidir sobre los contenidos, aceptando únicamente aquellos que coinciden con lo que dicha persona considera «la única estrategia acertada» y sin posibilidad de que los demás participen en la misma, entonces creo que he estado muy engañado con lo que significaba Diagonal y su diferencia con el resto del panorama mediático. Entiendo que no es así, porque no creo que coincidas con todos los articulistas que han publicado hasta ahora en la sección que diriges, porque de hecho había posiciones absolutamente opuestas y contradictorias entre sí. ¿Por qué, sin embargo, mi opinión es reiteramente silenciada y se impide que se difunda una propuesta, una voz diferente? No me encaja.

Unos días después Chalmeta me copió que había aceptado mi petición y lo sometía a la discusión de sus compañeros presentándome como alguien que «lleva como dos años remitiendo textos en la misma línea». Más de un mes después, y ante la falta de respuesta a mi petición de información acerca de lo que la redacción de Diagonal había decidido, tomé varias decisiones:

  1. Publicarlo en otros medios. Este mismo mes saldrá una versión ampliada y traducida a gallego en la revista Tempos Novos.
  2. Publicarlo en este blog explicando lo que a mí entender es un bloqueo por parte de una persona que no está de acuerdo con mis propuestas y que no permite que se difundan en un medio que presume de dar voz a todos.
  3. Darme de baja como suscriptor de Diagonal. Me ha decepcionado profundamente el descubrir cómo se toman las decisiones respecto a qué opiniones incorporar al debate y cuáles no, y más que eso cómo se pretenden justificar con argumentos inconsistentes y también la falta de respeto al ni siquiera responder a un colaborador que se ha molestado en remitir un texto, argumentarlo y defenderlo ante el coordinador de sección. La falta de comunicación y los incomprensibles retrasos acumulados a lo largo de estos años han acabado por hartarme. Diagonal me ha decepcionado como medio, pues aparenta pluralidad y estar del lado de las propuestas más trasformadoras de la izquierda, pero muestra una manera de funcionar poco coherente con los ideales que dice defender, al menos en lo que respecta a la fundamental sección de opinión y debate. Ya hace años que critiqué que no se utilizase Internet para permitir que los suscriptores, los que hacíamos posible la existencia del periódico, tomásemos parte en las decisiones editoriales: qué, cómo y cuándo publicar. Pero se negaron. Y ahora compruebo en carne propia las consecuencias de que una sola persona controle las voces que pueden debatir y las que no en este espacio de comunicación alternativa. Los argumentos de Chalmeta no son coherentes, porque se han publicado opiniones de todo tipo, a favor y en contra de la participación electoral, de gente del ámbito libertario, de Izquierda Anticapitalista, de Izquierda Unida, etc. y no todas abogaban lógicamente contra el voto. Así que el argumento que me daba Chalmeta («eso pasa por no votar») no lo acepto. Ni acepto que el criterio de una persona se imponga en un medio que por derecho pertenece a sus miles de suscriptores. Con pena, dejaré de ser uno de ellos y apostaré en el futuro por medios que permitan el control y la participación de sus lectores en la decisión de los contenidos. Porque si yo fuese simplemente un lector, me gustaría poder leer voces que propusiesen ideas como la de la Democracia Directa Electrónica, pero Diagonal no permite que se expresen. Así que por coherencia no puedo seguir apoyando un medio que impide la difusión de ideas: ¡quién sabe cuántos otros artículos habrán sido rechazados con criterios semejantes a lo largo de estos años, cuántas propuestas valiosas Diagonal se habrá negado a hacerme llegar! En mi opinión Diagonal no es el medio que necesitamos para un debate realmente fructífero y plural que ayude a trasformar la realidad.

A continuación os ofrezco el último texto enviado, que Diagonal rechazó publicar, ocultando así una propuesta estratégica que considero cuando menos tan interesante como otras a las que este medio ha dado voz en el pasado:


Cómo poner en marcha la Democracia Directa

(Para la sección La Plaza, debate “Crisis, oportunidad y reorganización política”)

En un reciente artículo publicado en Diagonal Gonzalo Palomo Guijarro derivaba de la crisis de legitimidad de la democracia representativa (DR) y el desprestigio asociado de la clase política, la inadecuación para las izquierdas de la vía electoral. Por contra, yo considero que es precisamente esa crisis la que hace más necesaria que nunca la participación de la izquierda en las elecciones, pero de una forma absolutamente distinta a la planteada hasta ahora y con un objetivo radical: introducir en el sistema representativo la democracia directa (DD). Para ello, el acceso a las instituciones —y al amplio abanico de posibilidades de acción que ofrecen— no debe hacerse como hasta ahora como partidos —con un programa y unos representantes concretos— sino como “anti-partido” que trasmita automáticamente la voluntad ciudadana en cada momento. Se trataría de introducir mediante un “caballo de Troya” tecnológico la DD en el sistema representativo, de “subvertirlo” desde dentro, cual virus democrático.

La apuesta por esta estrategia tecnotroyana se basa en un análisis que desglosaré brevemente en varios puntos:

  1. Internet y otras NTIC (telefonía celular, TDT, etc.) hacen posible que todas las decisións políticas sean tomadas directamente por los ciudadanos.
  2. Si esto no se permite, supone una usurpación antidemocrática de la soberanía popular que convierte a los gobernos, parlamentos y ayuntamientos actuales en antidemocráticos.
  3. La denominada “democracia participativa” es unha vía autolimitada que no se justifica y debe por tanto ser rechazada como un compromiso-trampa de mínimos fácilmente asimilable por el poder antidemocrático actual: ¿por qué limitarnos a “participar” y no decidir íntegramente toda acción legislativa y de gobierno?
  4. No necesitamos la intermediación de los partidos ya que Internet permite prescindir de dicha mediación como lo ha hecho en otros sectores de la vida social (económicos, culturales, etc.) ¿Por qué nos obligan a seguir con los mismos modelos políticos del siglo XVIII?
  5. El sistema representativo se puede volver directo simplemente con que se elijan representantes que trasmitan directamente la voluntad mayoritaria de los ciudadanos en cada cuestión sometida a votación en las institucións representativas, y que trasmitan también las iniciativas mayoritariamente propuestas desde la ciudadanía: un ayuntamiento o parlamento cuyos miembros fuesen de este tipo sería, en la práctica, una asamblea ciudadana permanente.
  6. La dicotomía reforma-revolución debe ser superada por medio de la implantación de una democracia directa de facto que no requeriría ninguna reforma legal: para disponer de una múltiple Iniciativa Legislativa Popular permanente basta con que haya electos que trasmitan esas propuestas en las instituciones.
  7. Bajo este sistema los partidos políticos deben asumir un nuevo rol limitándose a ser generadores de ideas y propuestas políticas para ser sometidas a la votación ciudadana, compartiendo este papel con el resto de organizaciones sociales. Gobierno y desarrollo de legislación serían ejecutados por funcionarios revocables bajo mandato y control directo ciudadano (“gobernar obedeciendo”).
  8. La fragmentada izquierda y todos los movimientos sociales tendrían una vía efectiva para su expresión política en un sistema de este tipo. No hace falta encontrar ese Santo Grial del programa común: basta con que aceptemos todos la primacía de los ciudadanos como creadores de un programa en permanente actualización.

Es lógico que surjan objeciones a este tipo de propuesta tan radicalmente diferente y al sistema de democracia directa electrónica que pretende implantar. Las más habituales cuando he planteado esto en foros virtuales o físicos, son de tipo técnico o metodológico, que considero fácilmente superables si hay voluntad política y contamos con la colaboración del tejido hacktivista. Por supuesto que no todo el mundo encontrará en Internet o los móviles su mejor vía de participación, pero podemos imaginar fácilmente métodos para combinar estas vías con otras “low-tech” (teléfono de voz, cabinas de votación, etc.). Los problemas de tipo cultural son de abordaje qui?as menos obvio pero no considero que deban llevarnos a rechazar esta vía: ahí están las experiencias de democracia mixta (DR+DD) en Suíza, Estados Unidos y otros entornos y momentos de la historia. La propia demostración del funcionamento del sistema desde el momento en que se consigan los primeiros electos directodemócratas será la mejor escuela de democracia para los ciudadanos, que descubrirán lo fácil y útil que es encargarse de las decisiones que les incumben. A partir de ahí ¿quién querría delegar en un representante de un partido tradicional? Por otro lado, quien opina que las sociedades actuales son demasiado complejas para ser gobernadas directamente por el pueblo confunde un problema pedagógico con un problema político. ¿Acaso los gobernantes que sufrimos hoy día son expertos técnicos en las materias sobre las que deciden? Así, el proceso de mutación de las institucións representativas en directas sería progresivo: una vez lograda la primera representate directodemócrata, la demostración de que es posible la democracia directa heriría de muerte la presunta representatividad de los partidos tradicionales, que hablan arrogantemente en nombre del pueblo pero sin siquiera consultarlo jamás. ¿Cómo podrían seguir haciéndolo si hay un voto directamente emitido por los ciudadanos que los contradice? Como última objeción, el factor de influencia mediática en la determinación del voto debe ser atendido en paralelo al desarrollo de esta estrategia tecnotroyana, buscando vías para la potenciación de los medios libres y exigiendo el control directo ciudadano de los medios de titularidad pública.

Todos sabemos que cualquier partido político de izquierda (nuevo o viejo, refundado o sin refundar) tropezará con obstáculos prácticamente insuperables si pretende combatir asumiendo los límites de la (pseudo)democracia representativa con el objetivo obsesivo de conseguir mayorías electorales, cuando no desvirtuará sus propios valores en la pugna por ampliar su electorado y alcanzar las míticas “masas críticas”. Y aun en el remoto caso de llegar al poder, sabemos que le saldrán al paso nuevos obstáculos infranqueables (poderes económico-mediáticos, organismos internacionales..) que harán una permanente labor de zapa deslegitimando su acción política. En última instancia será desalojado del gobierno mediante golpes más o menos encubiertos justificados en dicha deslegitimación. Cambiar radicalmente de estrategia puede rendir mejores frutos, más rápidamente y de una manera “blindada” contra las habituales deslegitimaciones: el partido renuncia a ser el actor político (convirtiéndose en anti-partido, la “no parte”), que pasa a ser directamente el pueblo. Esto haría que los contrapoderes de derecha tuviesen mucho más difícil (aunque no imposible) atacar la voluntad expresa del pueblo. ¿Seremos capaces de renunciar al protagonismo político y ofrecer la devolución de su soberanía al pueblo, o seguiremos luchando con las mismas reglas obsoletas del juego que nos marcan los poderes antidemocráticos?

31 Comments

  1. Dalle por fin Manuel.
    Me alegro mucho de que hayas podido dar salida a tu opinión, tanto tiempo guardada y tan necesaria en este momento de demanda de democracia real en tantos lugares.
    Manifiiesto un sentir de solidaridad y apoyo emocionado a tantas iniciativas ciudadanas que en las calles y en las plazas están demandando que este circo político se renueve y ofrezca una DEMOCRACIA REAL Y DIRECTA YA.
    Desde el lugar donde me encuentro, donde suenan mas que nunca los poderes del sistema partitocrácico vetusto y caduco, observo con esperanza a la savia nueva del pueblo reclamando sin cortapujos su derecho.
    Bienvenido pues ese repudiado articulo, por que puede verla luz y se expeande en este moento de implosión ciudadana.

    Un abrazo muy DIRECTO desde un Chile también muy poco democratico.

    Antonio Palma

  2. Hola, la verdad es que después de haberlo leído me parece que el texto era perfectamente publicable. No entiendo por que no lo sacaron. He leído propuestas bastante más utópicas que esta en el Diagonal.

    Pero por favor, piénsate lo de dejar de ser suscriptor. Un medio como Diagonal aunque sea imperfecto o precisamente por eso necesita el apoyo de todas y cada una de nosotras.

  3. ¿Que la lucha pasa por no votar? Pues precisamente creo que ahí tienes la respuesta a por qué no te lo publicaron, Casdeiro. Creo que les jodía sacar un texto así que mostraba que precisamente hay una manera de votar diferente, otra manera novedosa de montar una revolución. Como siguen su estrategia anarquista de rechazar de plano la participación en las elecciones, no les interesa que se aporte una idea diferente, una idea que ponga en tela de juicio que esa sea la única estrategia posible. Han mostrado una cerrazón y un inmovilismo indignos de la izquierda.

    Si han publicado artículos de IU y otros por el estilo es porque no les hacían mella en esa estrategia y de hecho les servían de contrapunto fácilmente rebatible. Qué decepción el Diagonal, joder.

  4. Hola, curioso que un medio de difusión y comunicación que se las da de liberal en lo que a libertad de expresión se refiere, te censure. Es un poco… contradictorio, tirando a sospechoso. Por otro lado, ahora que es cuando la sociedad necesita ideas nuevas y urgentemente, para salir de esta mierda de sistema electoral, ahora es cuando se ponen a elegir quién puede aportar ideas y quién no? pero coño, que eres un votante, tienes todo el derecho del mundo a expresarte, a exigir cambios y si sólo estabas planteando una idea no sé porqué tanto miedo. Supongo, que el miedo viene a que la idea guste. Pero vamos que… no lo entiendo. Simplemente no lo entiendo.

  5. Es además curioso, Casdeiro, que esté relacionado el tema de tu artículo con el motivo por el que no se publican. Es decir, no creen en la democracia directa: si no, permitirían como dices tú, que los propios lectores que sostienen el proyecto (como ellos tantas veces presumen en sus anuncios para captar nuevos apoyos) decidieran qué se publica y qué no. Al final parece que ni siquiera lo decide el colectivo editorial sino una sola persona, lo cual, por muy buen criterio que tenga a la hora de elegir no favorece precisamente la información democrática. ¿Es esto el modelo de medio democrático ciudadano que necesitamos? Estoy contigo en que no.

  6. Es increíble la capacidad que tienes de gustarte.
    Vamos a ver ¿Diagonal tiene la obligación de publicarte? yo no lo sé a ciencia cierta, pero no tengo dudas de la cantidad de trabajo que tiene esta gente y lo que ha de tener que lidiar con cientos de colaboradores/ as, oredenar el debate con cientos de textos.

    No eres nadie más que nadie como para exigir de esas maneras que se publiquen tus paridas (con respeto) ¿tu sabes la cantidad de frikadas como las tuyas que llegan a cada blog? (no me quiero ni imaginar a un periódico con el prestigio de Diagonal), tu sabes perfectamente como funciona ese periódico: sin asalariados, sin subvenciones, sin financiación de partidos ni sindicatos y con un montón de advenedizos e iluminados como tu que creen que han inventado la pólvora en una mañana de resaca y que exigen y se indignan cuando sus paridas (porque lo que propones es una parida que no te crees ni tu y mañana cambiarás de opinión) no son publicadas.

    Hoy más que nunca Grande Diagonal, mil gracias por vuestro curre, por mantener ese periódico en medio de este desastre de mundo, por mantener la independencia y gracias por la paciencia por aguantar a tanto flipao.

  7. Y sé que no vas a publicar mi comentario, porque este es tu chiringuito para denostar y tirar por tierra el trabajo de los demás pero tus ideas y mala baba no se cuestionan porque eres el nuevo referente, el mesías, el incuestionable chalado de la participaciój política online.

  8. Pues a mí me parece que no se ha gestionado bien tu propuesta, está claro, pero que has hecho de ese rebote y cabreo un tema político y que te has dejado llevar por el ego. Y por desgracia entre los movimientos, en vez de construir, nos dejamos a menudo llevar por el ego, y así estamos de apalancaos. Una pena.

  9. miguel, lo tuyo es una sobrada del quince. «la capacidad que tienes de gustarte». menos mal que lo que se cuenta es razonable de cabo a rabo, y es lo que hay. que cada uno saque sus propias conclusiones. diagonal está en su pleno derecho de no publicar el texto. que es lo que hizo. y de quedar como el culo, también. que también lo hizo, por cierto. las quejas que se exponen están justificadas, se compartan o no los criterios de quien las firma. pero de ahí a pintarlo como una rabieta de una persona con mucho ego, hay un par de pueblos. «no eres nadie», «tus paridas», «frikadas», «flipao», «advenedizos e iluminados». joder, con tu respuesta te dejas en evidencia tú mismo. y luego hablas de las «maneras» de los demás. cuando eres tú quien recurre al insulto y a la descalificación personal como haría un simple fascista. eso sí, luego qué guay que vamos de libertarios.

  10. Home claro que non cho publicaron, que conste que coa miña cuadriculada
    mentalidade nunca acabara de entender eso da Democracia Directa, sempre me
    faltaba na ecuación o que pastoreaba as decisións de voto, o lider
    carismatico, e as corruptelas varias….

    Non cho publicaron por que nese artigo explicas con claridade meridiana e
    intelixible un xeito de facer as cousas que obvia a existencia dos politicos
    e iso e demasiado incluso para a independente Diagonal.

  11. Debe ser francamente complicado gestionar la cantidad de información y peticiones que deben llegar a Diagonal, y el hecho de que respondan -aunque sea para decir que no, e incluso con algo de descoordinación- me parece muy loable, pues no me imagino a El (in)Mundo y semejantes teniendo tanto contacto con nadie. No siempre se puede acertar, pero creo Diagonal es de mejorcito que hay igualmente.

  12. Miguel: pasamos de que nos ignoren a que nos insulten. Bien, es todo un avance.

    Como te has tomado la molestia de dedicarme tu tiempo, este con-gran-capacidad-de-gustarse-pirao-friki-advenedizo-iluminado te corresponderá y le dedicará el suyo.

    En ningún momento he dicho que Diagonal deba publicarme. Tan sólo he mostrado mi perplejidad, mi molestia, mi queja en definitiva, de que algo así (sea mío o no) no haya pasado el filtro de Diagonal, o quizás deberíamos decir el filtro de Chalmeta, porque la verdad es que no he tenido mayor problema con otras cosas que he publicado en otras secciones. Y te puedo decir que han sido bastante a lo largo de estos años. Pero con este tema de la Democracia Directa, y con esta sección, por algún motivo que sigo sin alcanzar a ver, no he pasado el filtro.

    Si hubiera sido otra persona, con algo interesante que decir, y me hubiese enterado de que no se le publicaban sus textos, me habría sentido igual de decepcionado. Creo que yo y mucha otra gente pensábamos que Diagonal, por coherencia, funcionaba de otra manera. Pero mientras esté esta persona y con estos ¿criterios? al frente de esta sección creo que Diagonal no será lo que nos gustaría que fuese.

    Me voy porque como suscriptor he descubierto que el medio que ayudo a financiar no funciona como me gustaría. Ya no me gustó en su día que se rechazase la idea, lógica y consecuente, de entregar cierto control a los suscriptores.

    En todo caso, la iluminación será la de aquel que descarta la publicación de un artículo porque no coincide con su visión de lo que es la democracia directa y de lo que es una estrategia adecuada. Yo tan sólo quise exponer una idea, imperfecta pero pienso que útil en estos momentos. La responsabilidad de no facilitar su difusión entre lectores que pienso que estarían interesados en conocerla, es de Diagonal.

    Tú, Miguel, puedes sentirte muy satisfecho con que no se haya publicado porque lo consideras una parida, y seguramente todo lo demás publicado en todos estos años por Diagonal, no. Y porque estás seguro de que todos los demás lectores piensan como tú y no les habría parecido interesante mi texto. Yo nunca he pensado como tú y si algún contenido me parecía poco interesante, pensaba en que probablemente a muchos otros lectores de Diagonal sí. Pero veo que tú no tienes esa manera que pensar. Espero que al final en Diagonal no queden sólo lectores con tu visión y que sean un poco más democráticos y plurales con los contenidos. Yo no quiero seguir financiando un medio así, lo siento.

  13. Lucía, rebote y cabreo en todo caso lo tenía en 2009 cuando vi que no se me hacía caso y se ponían disculpas peregrinas para no dignarse a atender el correo. Mi decisión actual no ha sido tomada en caliente. Me lo he pensado mucho y es una decisión que me duele, porque es como separarme de una compañera en la que he creído durante mucho tiempo. Claro que no se ha gestionado bien, pero esa mala gestión es algo que lleva produciéndose demasiado tiempo y en algún momento hay que decir basta. Como a los lectores-suscriptores no nos otorgan los que controlan Diagonal más poder de decisión que el que tienen los de cualquier otro medio (aunque presuman de otra cosa), no me queda más opción que la binaria de apoyarlo o no. Y creo que ahora mismo no es medio que debo apoyar. Hay que concentrar nuestras fuerzas en lo que merezca la pena. Y hoy por hoy, para mí, no es este medio.

    No me voy por lo que me han hecho (no publicar un texto) sino por lo que he descubierto de su manera de funcionar.

    Mi coherencia me pide reclamar (o construir) medios democráticos bajo control ciudadano, y Diagonal ni lo es ni parece que lo quiera ser.

  14. Cuentan que en #acampadasol se respeta a cualquiera que quiera hablar y exponer sus ideas, y que se le escucha y se le tiene en consideración. Creo que la gente nos da una lección de pluralidad que muchos medios no comprenden.

  15. Quiero copiar una carta que envié a Diagonal (sección de cartas de los lectores), en enero de 2007, que creo que contribuirá a aclarar en qué medida Diagonal me ha decepcionado:

    ¿Accionariado popular en Diagonal?

    En un breve autopromocional de la p. 3 del número 46 de Diagonal podíamos leer que se describían las suscripciones a este medio como un ‘accionariado popular’. Si fuera así sería una gran idea, y convertiría a Diagonal en una entidad plenamente democrática y en manos de sus lectores. Por medio de su web los suscriptores podríamos, con nuestra contraseña privada, acceder a debatir y determinar la línea editorial, modificaciones en las secciones, fiscalizar la gestión de los responsables, decidir cuánto se cobra por la publicidad, cuánto pagamos a los asalariados, elegir artículos que publicar en los próximos números o temas sobre los que elaborar reportajes. ¡Qué gran idea y qué ejemplo de coherencia en un medio tan libertario! Pero… ¡ay! me temo que no es así, ya que nada indica que los suscriptores seamos realmente dueños del medio y en la página del web que describe el funcionamiento de Diagonal se explica claramente que los que deciden son los trabajadores y en todo caso los colaboradores, pero nada de verdadero accionariado popular. Así que pido un poco de coherencia o que al menos se cuiden un poco los términos.

  16. Os quiero dar las gracias aquí a todos los que estáis haciendo difusión de este artículo y lo que ha sucedido con su no-publicación en el medio para el que había sido pensado. Demostráis mucho más sentido de la pluralidad y de la democracia que algunos de los que tienen este medio en sus manos.

  17. Lucía, tampoco creo que sea una cuestión de ego (al menos el mío) pues yo no soy nadie. Lo que creo que merecía difundirse es la idea, que no es mía, sino en todo caso de la gente que fundamos y nos hemos ido reuniendo en torno a D3. Y ni siquiera es tan original nuestra, pues ya habia gente en otros lugares del mundo (como los compañeros de DDI en Uruguay) que la llevaban defendiendo hacía tiempo.

    Por cierto, Miguel, a ver si te informas, porque llevo insistiendo en esta idea bastante tiempo.

  18. Quiero informar que a raíz de este post y el correspondiente mensaje que envié al servicio de suscripciones, a Martín Cuneo y a Fernán Chalmeta, este se ha dignado por fin en darme noticias del proceso de decisión acerca de la publicación del artículo:

    mandé a la lista de contenidos tu petición de impugnar mi negativa a publicarte la aportación sobre el voto digital. En resumen, no la impugnan.

    Lógicamente en este juicio ni he tenido voz ni voto (ni como colaborador ni como suscriptor). Se ha condenado la idea al ostracismo y se ha hurtado una aportación que considero valiosa al debate estratégico de la izquierda en este país.

  19. En esta nueva comunicación Fernán cambia su justificación sobre la no publicación:

    Recuerda, era porque no consideraba que tuviera ni la sustancia, ni la relevancia que creo que ameritan los textos.

    Juzgad vosotros mismos. ¿Juegan con los colaboradores? ¿Qué publican y qué no, y con qué criterios? Ellos lo entenderán, yo me rindo, no lo consigo entender.

  20. Al hilo de no sé qué cuestión, me ha acabado llegando esto (soy suscriptora del Diagonal), y la verdad, no entiendo mucho todo esto… ¿Qué problema tienes exactamente con Diagonal, Casdeiro? ¿Y qué te reporta publicar todo este tinglado en internet? … Yo misma he mandado alguna carta y por supuesto, ni mucho menos me las han publicado todas o me han respondido si quiera, pero tampoco lo esperaba… Creo que es de sentido común asumir que cualquier medio (grande o pequeño), no puede dedicarse a responder y agradar a todo el mundo, y menos a publicar todo lo que les llegue, por bueno que sea, sencillamente por que los tiempos, temas y fuerzas que tienen no pueden asumirlo todo. Lo que me parece de risa es que hayas estado detrás de esto desde el 2009!! 🙂 Sinceramente creo que tienes un problema de ego muy grande, y que pareces bastante incapaz de asumir un no por respuesta 🙂 En resumen, todo el tema me parece una tremenda tontería que interpreto como una pataleta absurda e inmadura, sobre todo teniendo en cuenta que han estado siguiendo tu propuesta desde el 2009!! Eso sí que tiene mérito ! 🙂 Bajo mi punto de vita eres un tremendo pelmazo que entorpece el buen hacer de este periódico.
    Con todo esto has ensombrecido por completo el interés que pudiera tener tu artículo, que después de leer todo este pifostio, resulta que es lo menos interesante del tema 🙂 Una pena.

  21. Oye, por cierto. Ese tal Chalmeta que tiene el poder de decidir lo que leen y lo que no leen los lectores del diagonal, ¿quién viene siendo?

  22. Un dato acerca de la cuestión del ego que han sacado a relucir Miguel y Lucía. No lo mencioné antes pero el artículo solicité a Diagonal que fuese firmado con el pseudónimo que utilizo en D3, no con mi nombre. Porque lo importante es la idea, no de quién surge.

  23. Mónica, entiendo que defendáis el interés y validez de Diagonal como medio, incluso su funcionamiento interno y que no os guste mi artículo, pero ¿por qué escurrís el bulto de la razón expresa por la cual el coordinador de La Plaza se negó a publicarlo? ¿Por qué no os posicionáis claramente acerca de si el criterio de una persona debe imponerse en un debate para acallar las voces que no coinciden con sus postura? ¿Por qué no nos explicáis por qué si ese es su criterio, ha permitido que otros que abogaban por la estrategia electoral publicasen los suyos? No entráis al fondo de la cuestión y queréis hacernos creer que el problema está de mi lado, cuando el problema es que como Fernán Chalmeta piensa que la estrategia es no-votar, los artículos que defienden otra postura no merecen ser publicados (o al menos eso es lo que me dijo en un primer momento)? No es que me parezca mal ese criterio, simplemente no me parece cierto e intuyo que son otras las razones. Primero era que no recibía mis correos, luego que se le clasificaban desordenados en su bandeja, luego que si no está suficientemente pulida la propuesta, luego que si la democracia directa pasa por no votar, luego que si no tiene sustancia ni relevancia… Es demasiado para cualquiera, lo siento.

    Este sectarismo y escasa capacidad de crítica de algunos lectores de Diagonal es algo que tampoco me esperaba, aunque supongo que fui un ingenuo.

  24. Tío no te das cuenta? El tal Fernan ese no ha entendido nada de tu idea. Si no entiende ni cómo funciona el correo electrónico como va a entender tu idea de usar Internet de una manera tan profunda. Pasa de medios anclados en el pasado y difúndela por la red, que es la que escucha. Don’t hate the media, be the media!

  25. He llegado a este blog desde un enlace que ha puesto un amigo en Facebook, y la verdad es que estoy muy sorprendida. Yo no soy suscriptora pero cuando he podido leer Diagonal en algún local al que suelo ir, me daba otra impresión. Por tratar de entender lo que pasa te voy a dar mi opinión que no sé si ayudará en algo a comprender lo que te ha pasado con ese artículo. Y que te conste que a mí sí me hubiera interesado leerlo si fuese suscritora.

    ¿Has pensado que tal vez sólo dan voz a quien tiene claramente una propuesta para materializar los ideales de la izquierda? Si son anarquistas y si dan voz a los comunistas, y a la izquierda ecologista, es porque les gusta su programa. Pero por lo que yo he entendido de tu propuesta no quieres poner en práctica ningún programa de izquierdas si no solo la democracia y que la gente decida unas veces hacia un lado y otras luego hacia el otros. Puede que eso les haya hecho daño porque les fuerza a reconocer que sus programas no serían aceptados democráticamente por la mayoría, mientras que tu vía permitiría hacer posible un programa ni de derecha ni de izquierdas, o con cosas de derechas y con cosas de izquierdas. Por el nivel de descalificaciones que te han dirigido aqui algumas personas que parecen ser suscritoras yo opino que puede ir por ahí la cosa, no si?

  26. A min esto da Democracia Real cheirame a manipuleo politico a kilometros , estas protestas Ligh tan chachis sempre estan pilotadas de un xeito ou outro po los de sempre secadra co oscuro interes de disimular que non teñen merda ningunha que aportar e cicais intentar botarlle a merda da «culpa» de algún xeito os contricantes cogallo de que os votantes descontentos se animen a ultima hora.

    Cicais se alguen lle dixera que xamais van a ter traballo, que van a pasar mais fame ca cans, que esas tonterias dos dereitos civis, os servicios publicos e o estado do bienestar son cousas do pasado e o que se impón e a miseria e a dictadura directa das transnacioais, cicais así igual lle viria a mala ostia necesaria e se deixarían de mariconadas, pero mentras pensen que o problema e organizar un pouquiño os sistema Democratico e que so con iso xa van poder a voltar a ter traballo, coche, piso, hipoteca, ipad, vacacions ect van fodidos.

  27. Xa, Manuel, entendo por onde vas e temos debatido moito sobre o tema en Véspera de Nada. Pero eu tampouco calificaría de tonterías os dereitos civís, nin os servizos públicos ou o Estado do Benestar. Que sexan máis difíciles de conservar no futuro de escaseza enerxética non o nego, pero isto non quere dicir que sexan «tonterías». Pode ser en todo caso unha «tontería» pensar que os podemos conservar para sempre, sen facer unha mudanza absolutamente radical do sistema social, económico e político. Probablemente. Pero como concepto non penso que merezan esa consideración en absoluto.

    Sobre a manipulación de Democracia Real Ya, home, eu non a vexo. Que as protestas sexan «lights» ou como di un amigo, un «meeting de teletubbies», pois é unha crítica comprensible desde unha óptica radical. Xa se irá vendo por onde camiñan e se o que logran é desactivar o descontento, gastalo percorrendo camiños que non levan a ningures, ou polo contrario serven de pao na fenda do sistema, para rematar de trocalo.

    Efectivamente, eu cada vez os vexo máis reformistas, no sentido clásico, e menos revolucionarios. Se é así remataremos trocándoo todo para que todo sega igual, coma no Gatopardo. Espero trabucarme.

  28. Vengo de darme cuenta de algo importante para poder valorar lo que ha pasado con respecto a la no-publicación en Diagonal de este artículo.

    Repasando las respuestas que con cierto retraso me daba la gente de @democraciareal en Twitter, vi que entendieron mal mi pregunta sobre que no habían respondido mi pregunta. Yo me refería a una pregunta lanzada mediante el sistema de videochat que usaron para su rueda de prensa de hacía unos días, pero ellos entendieron que me quejaba por no haberme respondido en Diagonal. Entonces me di cuenta: efectivamente también les había enviado por medio de Diagonal una pregunta. Fui a ver si habían respondido allí, ya que aseguraban haber respondido a todas las preguntas que les habíamos enviado los lectores de Diagonal. Para mi sorpresa, mi pregunta, que versaba acerca de si conocíann D3 y cómo valoraban nuestra propuesta de democracia directa digital no estaba. ¿Qué significa esto? Para mí sólo es una prueba más de que Diagonal expresa y sistemáticamente está impidiendo no sólo cualquier difusión acerca de D3 en su versión impresa y en su web, sino también impiden que contactemos por medio de ellos los colectivos que podemos tener cierta afinidad en torno al concepto de la democracia directa.

    Creo que después de ver esto, el medio ha quedado totalmente desacreditado por ejercer lo que sólo puedo calificar de censura.

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