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De Fukushima a Olduvai

Y ¿si hubiera miles de Fukushimas liberando radioactividad a la atmósfera? Y ¿si eso puidese suceder dentro de unos pocos años?

La Teoría de Olduvai, propuesta por Richard C. Duncan, afirma que la civilización actual comenzará a desmoronarse a partir de 2030. Es una teoría bien conocida para la mayoría de los que tratamos de analizar la situación a la que se enfrenta la Humanidad a causa del declive irreversible del petróleo.

Buena parte de este colapso vendrá, según Duncan, del fallo progresivo de las redes de abastecimiento eléctrico: se producirán cada vez apagones más masivos y frecuentes hasta que al final la sociedad no disponga de recursos ni energía suficiente para restaurar el suministro en zonas más y más amplias del planeta. Esto significaría el fin de la era eléctrica e industrial.

Duncan

Tormenta solarPor otro lado tenemos las advertencias que vienen lanzando desde hace un tiempo los astrofísicos acerca de una más que probable y cercana megatormenta magnética solar (2011? 2012?) y que insisten en que una de las consecuencias más claras y peligrosas será el fallo de los sistemas de producción eléctrica.

Si unimos ambas amenazas (una más cercana y en teoría menos grave y de carácter puntual; la otra tal vez aún alejada un par de décadas pero de carácter permanente e irreversible) con los hechos que estamos viviendo a raíz del tsunami con las centrales nucleares japonesas (con el foco de atención en las de Fukushima), asoma un pensamiento angustiante: ¿qué sucederá cuando —y si— todas las centrales nucleares que están en funcionamiento en el planeta pierdan el suministro eléctrico que les permite refrigerarse?

En la WWW algunas personas comentaban —seguramente con acierto— a raíz de lo que está sucediendo en las centrales niponas que si dichas plantas hubiesen dispuesto de una generación eléctrica local y renovable (por medio de generadores eólicos o paneles fotovoltaicos, por ejemplo), no tendrían tantos problemas: al menos no los derivados de la falta de suministro para operar las bombas y sensores que facilitan la refrigeración del combustible nuclear, aunque lógicamente quedarían las consecuencias directas del movimiento sísmico sobre las estructuras de contención.

Surge de esta conjunción de hechos, predicciones y teorías, la aterradora sospecha de que en una situación de corte generalizado de la electricidad a un número elevado de centrales en diversos lugares del planeta, podrían surgir cientos de Fukushimas que acabarían liberando gases y líquidos radioactivos en múltiples zonas del planeta, de manera más o menos consecutiva o simultánea. ¿Cómo sería entonces este gráfico?

Nube radioactiva de Fukushima

¿Quedaría alguna esperanza de vida en el planeta en esas condiciones?

Intuyo que estamos ante un peligro real y de dimensiones históricas, no sólo para la supervivencia de la actual civilización sino de nuestra especie y de buena parte de la biosfera. Quizás la tormenta solar magnética no sea tan grave como se prevé, quizás los transformadores eléctricos la resistan mejor de lo que se cree, tal vez su reparación pueda ser rápida, quizás no se vean afectados los que nutren de corriente a las centrales… quizás superemos ese momento de riesgo. Pero… ¿qué sucederá si como muchos creemos la civilización industrial está condenada a causa del Cénit del petróleo?, ¿qué pasará si Duncan está en lo cierto y no hay manera de evitar un progresivo y definitivo apagón eléctrico mundial en unas pocas décadas? ¿Qué pasaría entonces con las centrales nucleares que estuviesen en funcionamiento en ese momento y con su combustible nuclear necesitado de una refrigeración permanente?

Quizás la única manera de prevenir el riesgo de una fuga masiva de radiactividad debida al fin de la electricidad, fuese un proyecto urgente a escala internacional para proporcionar a todas las centrales nucleares activas de sistemas de generación autónoma de electricidad, lo más duraderos posibles y lo menos necesitados de mantenimiento y reparaciones. Requeriría no sólo un esfuerzo y una movilización importante, sino lo que es más improbable: un acuerdo político que reconociese el riesgo derivado del fin de la civilización industrial. Es decir, no sólo tendría que reconocerse a nivel internacional que el petróleo ha entrado en un declive irreversible que arrasará nuestro actual tejido socioeconómico como un auténtico tsunami, sino que deberíamos aceptar que una sociedad movida por electricidad renovable es ya imposible a escala planetaria. Aun así, si se lograse tamaño milagro de acuerdo internacional… ¿cuánto durarían esos sistemas autónomos renovables? ¿Daría tiempo a ir desactivando, apagando todas las centrales en caso de ver que el suministro eléctrico se volvía inseguro? ¿Es factible? ¿Qué sucede cuando se apaga una central de manera preventiva? ¿Qué se hace con el combustible? ¿Requiere electricidad para su manejo y conservación seguros? Carezco de datos al respecto para poder ver claramente la probabilidad de éxito de estas medidas.

En resumidas cuentas: si el suministro eléctrico es vital para mantener las centrales nucleares estables y sin liberar radioactividad, y si ese suministro eléctrico tiene los días contados… ¿pende sobre la Humanidad una espada de Damocles nuclear?

Desconozco cómo funcionan las centrales nucleares y en qué medida la falta de electricidad es un problema superable de modo puntual o permanente. Me limito a observar lo que le ha sucedido a una central que ha quedado dañada y sin electricidad durante unos días, la gravedad de las consecuencias… y trato de extrapolarlo a una situación en la que las más de 400 centrales que existen en el mundo quedasen expuestas a un apagón.

…Y todo esto sin mencionar cómo una sociedad post-industrial, con unas capacidades muy limitadas a nivel de energía y de recursos, se las podría apañar para mantener a buen recaudo durante siglos los residuos nucleares actuales y los que nos quedan por generar, cuando el petróleo deje de proporcionarnos su elevada energía neta.

Manuel Casal Lodeiro, Barakaldo (1970). Escritor, divulgador, activista, aprendiz de labrador y de padre.

12 Comments

  1. Un lector do blog de George Mobus comenta algo na liña do meu post:

    I’m beginning to think that meltdowns of nuclear power plants will lead to extermination of all higher life forms planet-wide, because there will be no contingencies for perpetual function of cooling systems as the electrical grid itself degrades, fossil-fuel powered generator systems stop running, or spare parts become unavailable.

  2. Grazas, Paula. Alédame que vos preocupe a cuestión. Poderíades respectar as ligazóns que eu puxen? Penso que achegan importante información de contexto.

  3. Dmitri Orlov reflexiona nun recente post acerca do colapso, en torno a esta mesma cuestión (entroutras):

    There is over 100 nuclear power plants, which are growing old and dangerous, but their service lives are being artificially extended through re-licensing. There are no plans, and no money, to dismantle them and to sequester the high-level radioactive waste at a geologically stable underground location. If deprived of both grid power and diesel fuel for an extended period of time, these plants melt down à la Fukushima Daiichi. It bears mentioning that a nuclear disaster, such as Chernobyl, is a particularly potent ingredient in precipitating a political collapse. Since what is keeping a series of such disasters from happening is the electric grid, followed by diesel, let us examine each of these in turn.

    With regard to the electric grid, the incidence of major power outages has recently been seen doubling every year. Yes, we are committing the inductive fallacy by simply extrapolating this trend into the future, but, given what is at stake, dare we not extrapolate? At the very least, we would need to hear a very good reason why we shouldn’t. The incidence of major power outages can only double so many times before it’s time to start handing out potassium iodide tablets and before wig prices shoot through the roof.

    Unless, of course, the diesel generators can be kept running continuously for the 15-20 years it would take to shut down, de-fuel and decommission all the nuclear reactors and empty the nuclear waste storage ponds. Countries that lack a reliable electric grid tend to rely on diesel generators. There is currently a lot of pressure on diesel supplies, especially since Japan took all of their nuclear generation capacity off-line following the Fukushima Daiichi disaster, with high diesel prices and spot shortages in many countries. Observing the increased incidence of power outages and price spikes, many companies in the US have installed emergency diesel generators, and are now finding that they run them even when grid power is available, whenever requested to do so by the power company.

    Not much of anything continues to operate in the US once the electric grid is down. Earlier this year a central part of Boston where I was working at the time (Back Bay) went dark because of a transformer fire. For almost an entire week every business in the area was shut down. Without power, there is no heat or hot water, there is no pumped water, or, more frighteningly, no pumped sewage, there is no air conditioning (which is fatal, through heat stroke, in places such as Atlanta, Georgia, which often have 100% humidity coupled with above-body-temperature summer ambient temperatures). Security systems and point of sale systems stop functioning. Cell phones and laptops cannot be charged. Highway and subway tunnels flood and bridges do not open to let shipping traffic through—such as barges loaded with diesel. Can we be sure that diesel will continue to be supplied to all active nuclear power plants even as everything else falls apart?

  4. Muy recomendable el documental Population Zero de la serie Aftermath de National Geographic. En él se describe lo que supondría la parada brusca de todas las centrales nucleares del mundo debido a la falta de suministro eléctrico: http://channel.nationalgeographic.com/channel/aftermath/interactives/aftermath-population-zero/ (En esa aplicación interactiva podéis ir a los días 7 y 10 AH para ver las consecuencias. Esto mismo, quizás no con todas las centrales simultáneamente entrando en parada en caliente, podría ser a lo que nos expongamos por causa de una megatormenta geomagnética de origen solar o por el declive progresivo de nuestra civilización como el descrito por la Teoría Olduvai. El documental completo está (de momento) disponible aquí: https://www.youtube.com/watch?v=sUqHECc5rPo

  5. En el blog de Tverberg hemos revisado bastante bibliografía y llegado a ciertas conclusiones. La primera es que las piletas de almacenamiento de combustible gastado son bastante más peligrosas que los reactores mismos, especialmente las que están llenas de material. En el peor de los casos, que no es infrecuente, deben enfriarse durante cuatro años para eliminar todo riesgo de incendio o explosión, y en el mejor basta con un año y medio. Luego el material puede permanecer allí sin enfriamiento. Queda el tema de que con el paso de las décadas la estructura de contención se debilitará y podrán darse fugas de radiación y/o de material. Pero durante ese tiempo va decayendo la radioactividad de los desechos, por lo que si se ha logrado enfriarlos bien durante la etapa crítica el riesgo el problema queda bastante resuelto.

    Obama se ha gastado dos mil millones de dólares en prevención contra el Electro Magnetic Pulse, como se lo había pedido la gente de emptaskforce. En su petición hablan explícitamente de las centrales nucleares.

    http://www.emptaskforcenhs.com/uncategorized/letter-to-president-barack-obama/#more-231

    Saludos

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