X: dícese de la persona que se siente X.
¿Acaso hay algo más incompatible con la coherencia interna de una lengua que una definición recursiva? ¿Tiene alguna utilidad lingüística una definición tautológica o autorreferencial? ¿Alguien conoce algún ejemplo de alguna palabra en algún idioma que se defina según el patrón suprascrito?
Nos repetían una y otra vez en la escuela un par de cosas que debíamos evitar a la hora de definir un concepto: una era que las definiciones no debían comenzar por «es cuando…»; la otra, que «la palabra definida no puede entrar en la definición».
Pues parece que mucha gente lo ha olvidado de repente, o quizás es que nunca lo aprendió. Y así nos va ahora.