Leo que se convoca una manifestación contra la ola de incencios en Galicia, y veo con desagrado que se trasmite un concepto ideológicamene peligroso. Observemos:
«Lume Nunca Máis. Paremos o terrorismo incendiario. Por un cambio de rumbo nas políticas para os nosos montes». Con ese triple lema, a comisión xestora da Plataforma Nunca Máis anuncia a reactivación da plataforma cidadá e a convocatoria dunha manifestación en Santiago de Compostela para o domingo 20 de agosto ás 12h.
Nada que objetar al fondo de la cuestión y a la necesidad de una respuesta tan contundente o más como la que dio Nunca Máis y el pueblo gallego a la crisis del Prestige. Pero me temo que han caído en la trampa de la neolingua de buena parte de la clase dirigente que etiqueta a todo aquel contrario a sus intereses como terrorista.
Si bien la destrucción causada por estos incendiarios es digna del mayor de los rechazos y del más severo castigo, me temo que tacharlos de terroristas es totalmente injustificado y erróneo. De entre las diversas definiciones comúnmente aceptadas y/o manejadas internacionalmente del término terrorismo, podemos extraer varias características que me temo no se dan aquí:
a) el terrorista busca causar terror mediante actos contra la población civil (diferencia con guerrilleros, partisanos, resistentes, etc.)
b) mediante ese terror busca doblegar a una autoridad, normalmente un gobierno, para obtener objetivos políticos.
Así que luchemos contra el fuego, exijamos culpables, pero no peguemos patadas al diccionario… patadas ideológicamente muy peligrosas, además.
Los mismísimos escritores gallegos (o el encargado de la redacción de este manifiesto, al menos) tampoco están por la labor de usar las palabras adecuadas. Mira que no habrá palabras duras y exactas para definir a estos canallas, pero nada, a la palabrita de moda: como terrorista = demonio, todo demonio = terrorista >:-(