¡Qué grandes hallazgos hace la ignorancia o el atrevimiento popular! Lo dicho, aunque no vea esta semana la tele, 5 minutos en la calle y las conversaciones que se captan al pasar (¡gracias a los teléfonos celulares los gritadores solitarios no nos lo ponen difícil!) no nos faltan las patadas que comentar en este blog.
Ayer un chico de mi barrio estaba diciéndole a su interlocutor/a telefónico/a que él pensaba hacer lo que le pareciese «…y a correr, que son dos días». Me parece que fusionó el clásico y a correr, con el que se suelen rematar este tipo de frases, con la de a vivir que son dos días. Supongo que le parecía que quedaba corta y poco contundente la frase y la añadió la coletilla de los dos días aunque no le correspondiese al verbo correr sino al vivir. Le quedó una frase de lo más chusca y surrealista (pasarte los dos días que te quedan de vida corriendo, ¡vaya plan!).