El cine nos permite soñar colectivamente el mismo sueño; por supuesto ahí incluyo la TV, los diferentes formatos de vídeo para Internet, etc. En ese sentido, su potencialidad a la hora de generar nuevos imaginarios a gran escala (de un país, o de todo el mundo) es enorme. Creo, junto con el matrimonio Odum (A Prosperous Way Down), que es una de las mayores herramientas —si no la mayor de todas— que tenemos a nuestro alcance para promover ese pulso de cambio social y cultural que necesitamos con suma urgencia para evitar un colapso trágico de nuestra civilización.